Hace harto rato me río de buena gana, me pinto las uñas y me arranco a la playa.
Aunque me haya vencido rico martín con la canción del momento yo trato de llorar(no) cuando la escucho.
Ahora barsamente estoy bajando un disco de una niña too much cool que encontré en el blog de alguien que no conozco pero que barsamente leo su vida o por lo menos leo su disco.
No entiendo ese comercial de toallitas femenina llenas de detalles, porque entiendo el destino que tienen -terminar en la basura en menos o más de 3 horas- y es como freak comprar cosas con detalles que terminarán en la basura y de ahí no revivirán.
Me duele más la cabeza hoy, pero menos los puntos; yo cacho que cada vez que pienso que me van a meter por la arteria femoral una sonda con una maquinita que me va a quemar el corazón para que sea más feliz y asintomático para que no me den taquicardias cuando nado, como, corro, camino, tengo miedo, no sé pues taquicardias cualquiera.
Me cago de miedo igual, si me hubiesen operado cuando chica quizás no tendría la noción de que me puedo morir - tengo claro que uno puedo morir en cualquier momento- operada y no me agrada, fue lo mismo que pensé cuando entre al pabellón por la vesícula: que nunca despertaría y la sensación me agradaba. No es como cuando te ataca la bacteria o la machina de feria, es raro, es la sensación de que no deberías despertar, porque dormir sin soñar no tiene gracia.